Si bien es normal estar un poco ansioso por acontecimientos o problemas estresantes de la vida, la ansiedad también puede comenzar a interferir con el funcionamiento diario de algunas personas y puede persistir durante meses o incluso años. Este tipo de ansiedad crónica es común y se cree que afecta aproximadamente a una de cada cinco personas. Aunque existen tratamientos para los trastornos de ansiedad que incluyen terapia y medicación, estos enfoques no funcionan para todos. Alrededor de un tercio de los pacientes con ansiedad no experimentan un alivio sostenido mediante el uso de medicamentos ansiolíticos. Los científicos ahora han identificado una especie de interruptor genético que parece activar ciertas regiones del cerebro y alterar los niveles de ansiedad en un modelo de ratón. Los hallazgos se han publicado en Molecular Psychiatry .
Sólo alrededor del 2% del genoma humano codifica proteínas, y la secuencia restante alguna vez fue descartada por ser irrelevante. Tampoco ha habido muchas herramientas que puedan usarse para estudiar estas partes que no son de codificación. Pero en los últimos años, los científicos han descubierto muchas partes del genoma no codificante que desempeñan funciones importantes, a menudo en la regulación de la actividad de los genes codificadores de proteínas.
"Ya sabemos que el 95% de las diferencias genéticas asociadas con la enfermedad se encuentran fuera de los genes que codifican proteínas", señaló el líder del estudio, el profesor Alasdair Mackenzie de la Universidad de Aberdeen. El laboratorio Mackenzie se centra en estudiar regiones importantes del genoma no codificante. Muchas partes del genoma no codificante se han mantenido durante cientos de millones de años y están presentes en muchas especies, como los humanos y los ratones; se dice que estas regiones están conservadas. "Nuestro enfoque único es utilizar CRISPR para eliminar estos interruptores conservados en ratones y luego estudiar su papel en el estado de ánimo, la ingesta de alimentos y la preferencia por el alcohol", explicó Mackenzie.
En este trabajo, los investigadores se centraron en una característica genética llamada potenciador, que puede aumentar la expresión de genes; este potenciador se llama BE5.1 y afecta a un gen conocido como BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). Cuando se eliminó del genoma del ratón, aumentó los niveles de ansiedad de las hembras. También se encuentra dentro del gen BDNF en un intrón, una secuencia que se separa del gen antes de que se transcriba en proteína. Los investigadores sugirieron que BE5.1 es parte de un sistema biológico complejo que modula la ansiedad.
Esta investigación se suma a la lista de secuencias conservadas en el genoma no codificante que el laboratorio Mackenzie ha determinado que podrían ser relevantes para condiciones de comportamiento como el apetito y el consumo de alcohol.
Se necesitarán más investigaciones para determinar si esta secuencia genética está afectando los niveles de ansiedad en las personas.
Tomado de: University of Aberdeen
Fuente: Molecular Psychiatry
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